CONTRARELOJ GUBERNAMENTAL

Por Yuliana Arrieta 

          El ejecutivo se encuentra en una dinámica compleja del movimiento político colombiano, en el cual la aceleración para la concertación de las reformas es crucial para realizar lo prometido en campaña; resulta con extrañes que a pesar que el ejecutivo cuenta con una base sólida y mayoritaria de personal en el congreso que a su actuar político podrían pasar las reformas sin inconvenientes, esto no ha sido posible debido a las diferentes barreras de la oposición, desde la extensión de debates, hasta la nula asistencia al momento de la votación, lo que no ha permitido llevar una contienda política sana que como consecuencia ya ha dos años de gobierno Petro no ha podido llevar a cabo las reformas que quiere implementar. Es una jugada que acorrala al gobierno actual, hoy solo están a días de poder completar sus reformas, pero ¿si no han podido en dos años que los hace pensar que podrán ahora?

No es mas que una carrera contrarreloj en la cual el plazo estimado es la hora 0 del 20 de junio, menos de un mes, este entramado político que enfrenta el actual gobierno resalta un proceso legislativo minucioso, los debates, los cambios en los artículos, las nuevas propuestas, son fundamentales para el debido procedimiento y lo que demanda es tiempo; estos declives temporales no son nuevos, no al menos para el gobierno Petro.  Es labor retadora exigir que 3 distintas reformas sean aprobadas antes del 20 de junio, de no ser logrado se tomaría como un gran triunfo para la oposición.

La táctica irreal y de posible carácter victimizador del presidente crea inquietud y se teme por el desgaste del debate y acumulación de discusiones pendientes. Estamos ante un escenario político tenso donde la eficiente gestión del tiempo demarcara el camino político colombiano si termina siendo un éxito o por el contrario, un fracaso en la agenda gubernamental.

Ahora bien el cambio de legislatura presupone un alto a la agenda gubernamental, creando un plazo más al inexistente cambio tan propuesto en campaña, es un balancín, un sube y baja  donde se crean falsas ilusiones a reformas que lo más probable es que no vayan a pasar. Es jugar con la expectativa de un pueblo y afianzar el sentimiento de apatía politica.